miércoles, 21 de julio de 2010

Marta Domínguez- De la caída en Pekín al Oro en Berlín

Marta Domínguez, "la keniata blanca", la mejor atleta española de todos los tiempos, la palentina de la cinta rosa.
Hasta el año 2008 siempre corrió en las pruebas de 3000 y 5000 metros lisos, obteniendo grandes resultados tanto en Mundiales como en Europeos (3 oros, 4 platas y 4 bronces en total).
Esta mujer representa como nadie el tesón, la voluntad y el esfuerzo en el deporte, sin darse nunca por vencida y brindando siempre al público momentos antológicos a base de casta.
La historia mostrada aquí es el mejor reflejo de lo que es esta atleta. En los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, Marta participaba en los 3000 metros obstáculos, prueba que sólo había corrido en 4 ocasiones. A pesar de ello, la palentina estaba corriendo en tiempo de récord de España y luchando por las medallas, pero a falta de tan sólo 200 metros para la meta, Marta tropezó con la penúltima valla cayendo al suelo y perdiendo todas sus opciones. Las imágenes de la mítica cinta rosa caída sobre la pista y la atleta totalmente desorientada intentando volver a la pista son sobrecogedoras.
Pero el carácter de esta gran mujer hizo que un año después, en los Mundiales de Berlín en 2009, se colgara la presea dorada tras una gran carrera en la que se impuso a rusas y africanas, las grandes favoritas.
Este es mi homenaje a la mejor atleta española de todos los tiempos.

viernes, 16 de julio de 2010

Dorando Pietri, el héroe de Londres 1908

Si hay una prueba que representa el sacrificio del deporte esa es la maratón. Correrla es en sí una proeza, y ganar un oro olímpico algo destinado sólo a un puñado de elegidos.

Dorando Pietri trabajaba como ayudante en una fábrica de confección en Carpi, Italia, cuando en Septiembre de 1904 participó en una carrera celebrada en su ciudad en la que también corría Pericle Pagliani, el atleta italiano más famoso del momento. Pietri, vestido con su uniforme de trabajo, ganó la carrera.


Pero fue en la maratón de los Juegos de Londres, en 1908, donde Dorando Pietri ofreció al mundo uno de los momentos más heroicos y dramáticos de la historia del deporte. La carrera, en la que participaban 56 corredores, comenzó a las 14:33 bajo un calor abrasador. En el kilómetro 32 el italiano ya estaba en segunda posición y en el 39 dio caza al sudafricano Hefferson. A partir de ese momento Pietri empezó a acusar el terrible esfuerzo. Cuando llegó al estadio White City, ante 75.000 espectadores, la fatiga extrema y la deshidratación se apoderaban del atleta que, desorientado, aunque aun liderando la carrera, tomó el sentido equivocado de la pista, debiendo ser redirigido por los jueces de la competición. Pietri empleó 10 minutos en recorrer los últimos 350 metros, cayó al suelo y fue levantado por los jueces hasta en 5 ocasiones, y finalmente traspasó la línea de meta como primer clasificado.
Desgraciadamente, el segundo clasificado, el estadounidense Johnny Hayes, presentó una reclamación por la ayuda que había recibido Pietri, y éste fue descalificado.
A pesar de todo el corredor italiano recibió una copa de plata de manos de la Reina Alejandra, y se convirtió en una celebridad internacional.
Su nombre quedó grabado con letras de oro en la historia olímpica, y su esfuerzo y sacrificio encogieron el corazón de los 75.000 espectadores del White City y de los que alguna vez hemos escuchado su historia.